Artículo de Opinión: Petróleo, gas y energía eléctrica: palanca para el desarrollo argentino
Por Ing. Fernando Alonso
El 95 % de la población argentina vive y produce en zonas urbanas, esto hace que la energía eléctrica sea un bien imprescindible y por lo tanto responsabilidad de todos su uso y provisión en las condiciones de calidad requeridas por la demanda y a un precio asequible.
La primera condición, calidad, se debe complementar con otra condición que es el precio, lo que asegura la sustentabilidad del sistema de generación, transporte, y distribución de la energía eléctrica, en el mediano plazo.
Para lograr esto las tarifas deben incorporar tanto los costos de operación y mantenimiento como los costos de expansión del sistema eléctrico, contemplando la inversión en centrales de generación y redes de transporte y distribución.
Cuando se analizan los costos de expansión surge que más del 70% de los mismos requieren el uso de divisas debido a que, tanto equipos como materiales , tienen un gran componente importado e inclusive muchos insumos que se producen en el país son commodities y por lo tanto sujetos a precios internacionales en moneda dura.
Es por esto que la restricción externa se torna determinante al momento de considerar las inversiones del sector de la energía eléctrico.
La duración de estos bienes se extiende en el tiempo, por lo cual los tiempos de amortización de las inversiones también son largos, con lo cual mejorar las condiciones financieras del país es fundamental para permitir el acceso a créditos internacionales que financien este proceso de inversión.
En este análisis de inversión hay poco lugar para las modas y las novedades ya que la escases de capital obliga a invertir asegurando la inversión de mínimo costo actual, ya llegara el tiempo de ingresar con solides a los procesos de incorporación de nuevas tecnologías que ayuden a hacer más sustentable el sistema desde el punto de vista del cambio climático, esto es posible ya que la Argentina es uno de los pocos países que presenta un balance positivo dese el punto de vista de la emisión de carbono según estudios de la NASA.
De todas formas, se debe considerar en la planificación energética de largo plazo el análisis de las nuevas tecnologías para determinar la oportunidad temporal de su incorporación.
Al considerar en este análisis el sector hidrocarburífero vemos que el crecimiento de la producción de petróleo y gas se ha incrementado fuertemente, como así también la proyección de nuevos mercados de exportación.
En ambos sistemas, tanto el hidrocarburífico como el eléctrico, desde la salida de la convertibilidad existen marcos regulatorios y planes de transición que ameritan un debate muy importante en el Honorable Congreso de la Nación, para que desde este punto de inflexión se pueda diseñar un futuro próspero y sustentable para el país donde el sector hidrocarburífico tiene mucho que aportar en la generación de divisas y en la estabilización de los precios de la energía.
Es importante lograr la estabilidad macroeconómica y a partir de ella diseñar marcos regulatorios que se adapten a la nueva realidad de autoabastecimiento y generación de divisas en el contexto de cambio climático, que ofrece un gran abanico de oportunidades para nuestra producción.
Se debe atraer inversiones y ganar mercados, que permitan colocar todo el gas y petróleo de exportación de Vaca Muerta o del prometedor desarrollo Off Shore de nuestra cuenca atlántica, no es solamente una ecuación económica y física, sino también el diseño de la infraestructura regulatoria que genere confianza para ofrecer gas y petróleo a precios competitivos y en forma viable. Esta regulación debe ser robusta y estable para permitir contratos de largo plazo.
Debemos decidir si se quiere tener mercado de combustible líquidos totalmente libre, o un mercado administrado donde se cuida al consumidor. En este caso, YPF actúa como una empresa reguladora del precio del mercado dada sus características de poseer una gran cuota de mercado y estar controlada por el Poder Ejecutivo.
En los combustibles líquidos, el país es importador neto de Gas Oil, dado que si bien tiene petróleo, la capacidad de refinación presenta un cuello de botella y esto debe ser resuelto incorporando al plan la ampliación o construcción de nuevas refinerías, estas son inversiones muy importante y con periodos de amortización largos y por lo tanto no hay que perder de vista que dado el cambio climático se verá una variación de los energéticos utilizados para el transporte y la producción, estimándose un plazo del orden de los treinta años para este cambio.
La producción de petróleo en el país declino por falta de inversión y ahora el principal cuello de botella para el desarrollo de Vaca Muerta está dado por la infraestructura, ya que a pesar de los problemas macroeconómicos su producción crese entre el 40% y el 50% por año, y si bien la balanza comercial energética presenta un déficit de 2500 millones de dólares, esto representa la mitad del año anterior.
El país importa el 20 % del gas que consume, por razones de estacionalidad y limitaciones de transporte, esto último está en vías de solución mediante la construcción de gasoductos que además de asegurar el autoabastecimiento permitirán el desarrollo de un mercado de exportación para el gas excedente, convirtiendo al sector en un importante generador de divisas que posibilitara terminar con la restricción externa y consolidar el desarrollo.
Debemos apurarnos a explotar Vaca Muerta y desarrollar todo el Off Shore, debido a que el cambio climático va a determinar el fin del consumo de los hidrocarburos.
El marco normativo existente debe ser revisado en forma integral teniendo en cuenta la Constitución Nacional que establece varias premisas relevantes como son: la naturaleza federal del estado, la propiedad de los recursos naturales por parte de las provincias, con lo cual se debe negociar el establecimiento de regalías tanto de los recursos hidrocarburífico como del uso del agua para generación de energía eléctrica en el territorio y también establecer que tratamiento se dará a la explotación Off Shore.
Desde el punto de vista del marco legal, debemos considerar lo normado por la Ley 15.336 en cuanto a las regalías por generación hidroeléctrica y el tratamiento de ese tipo de generación y desde el punto de vista de los hidrocarburos la Ley 17.319. En ambos casos también hay que revisar toda la legislación que ha modificado a las mismas a lo largo del tiempo, en particular los efectos de ley de reforma del estado del año 1989, Ley 26.396 y en particular la Ley de marco regulatorio eléctrico 24.065, la Ley de marco regulatorio del gas Ley 24.076 y la Ley de solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública ley 27.541. Sumado a ello toda la normativa de menor rango jurídico con la cual se han conducido ambos sectores desde la salida de la convertibilidad hasta ahora.
Es importarte que el congreso defina el esquema de desarrollo del sector energético estableciendo un esquema claro de fijación de precio de los productos transables y las tarifas de los servicios monopólicos regulados por cada jurisdicción según su naturaleza.
La aplicación de subsidios explícitos y la necesaria compensación de inversiones que fomente un desarrollo integral y equitativo del país, poniendo en marcha los instrumentos federales donde se diriman estas cuestiones que guíen el desarrollo armónico del sector.
Es de destacar que cuando se plantea la necesidad de un marco normativo general es para que el mismo contemple la totalidad del sector energético, es con el objetivo de evitar las soluciones parciales, sin visión de conjunto que impera ahora con leyes impulsadas por sectores que representan solo los intereses de una parte del sector de la energía como estamos viendo a través del impulso de la Ley del litio, la Ley del hidrogeno verde, la Ley del gas natural licuado, entre otras.
Finalmente, destacamos que este marco debe ser general y concreto estableciendo la estrategia de desenvolvimiento del sector para después avanzar en cada caso según un marco de referencia robusto que sirva de contexto general.